Filtro de agua LIFESTRAW PERSONAL. Purifica mil litros de agua, cantidad suficiente para el consumo de agua de una persona durante un año.
Esta exposición, en Caixaforum-Madrid, coincide con los días en que se extiende el brote del ébola. Los medios hablan de más de 700 fallecidos hoy.
Es patente que al otro lado de nuestras fronteras hay un mundo en situación de emergencia.
No falta inquietud para buscar soluciones a través de los objetos y el diseño. En esta exposición, la iniciativa la toma una entidad bancaria y su obra social.
El repertorio de objetos que mandaríamos desde occidente es diverso. Objetos bienintencionados, objetos sorprendentes, o ingenuos, auténticos hallazgos técnicos, objetos paternalistas, objetos "civilizadores"...
Hace tiempo que existen las cocinas
solares, en España (a pleno sol) suponen una mínima cuota de mercado. Si nos las imaginamos en
África resultan óptimas: económicas, sin necesidad de
electricidad o gas, con el aprovechamiento directo de la
energía más abundante. Bien podrían beneficiarse de algo que no cabe en nuestros hogares, que no se adapta a nuestro estilo de vida.
Utilizar la energía humana sobre una
bicicleta conectada a un molino para separar el maíz de la mazorca, para lavar la ropa, para bombear agua, o para... ¿una idea occidental para los países en vías de desarrollo? No son ocurrencias (que no somos capaces de implementar en nuestra propia casa) lo que más nos agradecerían.
Quienes no habíamos oído hablar de las incubadoras con un calentador químico nos parece un gran acierto sanitario.
El agua, la calidad y su distribución, comienza a ser un problema global. Filtrar para depurar y evitar la transmisión de patógenos es un auténtico salvavidas. No somos tan diferentes, tal vez pronto necesitemos este diseño, porque todo el planeta es susceptible de sufrir la contaminación de sus acuíferos.
Una gran garrafa fácilmente transportable tiene muchas ventajas, pero tal vez rompa el sutil equilibrio de la distribución de un bien escaso entre la población. El objeto por sí solo nos fascina, pero no sabemos si se adapta al sistema de relaciones en que se utilizará. El diseñador ha de considerarlo.
Países en "desarrollo". No olvidemos 1 que necesitamos sus materias primas, hoy el coltán es la base de la fabricación de la mayoría de las pantallas táctiles y su explotación viene acompañada de conflictos sociales y bélicos. 2 Que reciben nuestros objetos obsoletos y nuestros desperdicios de sociedad avanzada, toneladas de restos de aparatos eléctricos y carcasas, para que puedan deshuesarlos y revenderlos. 3 Que ven nuestros canales de televisión, que les llega nuestra publicidad, nuestra idea del bienestar, conocen nuestros ídolos y oyen los aplausos. 4 Que, a pesar de todo, son consumidores de nuestras productos (incluido el armamento).
Una pizarra nos invita a dejar en la exposición nuevas propuestas para el desarrollo. Algunos niños dibujan más bicicletas. Alguien escribe "caixa quiere tu dinero". Otros dan las gracias.
Verdaderamente, los diseñadores pueden hacer mucho. No "por el tercer mundo", sino por todos nosotros en nuestro conjunto de humanidad.