extruidos

Fresnel Suspension Lamp Off

Cada vez son más numerosos los materiales que pueden incorporarse a la impresión aditiva. La luz tamizada de esta preciosa lámpara de Dirk vander Kooij, nos sitúa bajo un hilo continuo de luz, un monosurco de vieja melodía luminosa.
Es otro joven diseñador que ha elegido la fabricación con impresión digital en volumen para sus piezas. Su silla Flow, ha sido seleccionada dentro de los 51 objetos que componen la exposición "Vivir con un icono" actualmente en el Colegio de Arquitectos de Madrid.
Palpemos estas nuevas texturas:

Son superficies blandas que, hoy por hoy, son la marca incuestionable de la actualidad. El nuevo proceso de fabricación llamado a cambiar esquemas productivos. A aproximar la industria a la artesanía. A reducir los stocks ajustándonos a la demanda. Muchas esperanzas puestas en estos objetos de material candente, un hilo que se vierte en el recorrido de un laberinto, y capa tras capa compacta los volúmenes.
Para hacer la silla Flow se reutilizan las carcasas de electrodomésticos y aparatos de oficina, triturados, procesados para alimentar la impresora, que impecablemente vierte el fluido caliente siguiendo un diseño de silla con paredes que se levantan sobre el suelo, curvando progresivamente las superficies para hacerse cóncavas y anatómicas. Al final, se corta el hilo umbilical y cicatriza en el perfil del producto.

Fabricando la silla Flow

¿Nos cansaremos en breve de las estrías y líneas de los objetos impresos? ¿serán un indicio de las primerizas tecnologías digitales de impresión? ¿ Acaso a los Papalagi (a los hombres blancos) nos aburre la reiteración de texturas? ¿nos deleita la diversidad de acabados que nos brinda hoy la industria? Sí, pero también es cierto que la conciencia puede orientar nuestras preferencias, cuando la estética se impregna del compromiso de los diseñadores.

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Piezas de El Último Grito, La Nave, Mariscal, Martí Guixè, Òscar Tusquets, Mariano Ferrer, Xiu Xiu Design...

El diseño de producto protagoniza la sala de exposiciones mejor estructurada en el nuevo Museu del Disseny. Cabe destacar la sección de prototipos, con la inclusión de varias piezas inéditas y con el prototipo de la silla BKF. Entre ellos se encuentran los tres vasos de vidrio que en 1990 realizó Miguel Durán Lóriga, que están presentados con la sugerente frase: la forma está dentro del vaso, que nos remite a la definición de forma, que Miguel Durán tantas veces explicó, apoyándose en la carta VII de Platón.

Prototipos del juego de vasos Balabaris, de Miguel Durán-Lóriga, 1990.

Prototipos de cubertería de Andrè Ricard, en acero inoxidable y ebonita. 1965.

Prototipo de silla de Antoni de Moragas i Gallissà que obtuvo el primer premio de Mobiliario Económico Pro Dignificación del Hogar Popular, en 1954. Hierro, novopán, scay, goma espuma, madera laminada y maciza.

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A un lado y a otro, contemplar los motivos de la cerámica medieval de Teruel frente a los tejidos coptos, es una propuesta sorprendente y tan poco habitual, de la que nacen relaciones muy sugerentes. Éste es uno de las muchos regalos que nos brinda la visita al nuevo museo de Barcelona, que acoge las colecciones de anteriores museos de artes decorativas.

El cierre de tres museos municipales, con una agitada historia de emplazamientos y reaperturas, se ha transformado en la creación de un nuevo modelo de institución pública orientada a la difusión de la cultura del diseño. Sus cuatro plantas son permeables. La objetualidad es global y no pretende la delimitación de áreas dentro del diseño. A ellas se suman, en las plantas inferiores, áreas de estudio, exposiciones temporales, sedes de asociaciones, talleres y aulas para la participación.

Algo se gana y algo se pierde con esta fusión. No podemos olvidar fácilmente las visitas a los anteriores museos temáticos, que permitía una visión más detallada, especializada. Ahora la propuesta es otra: el diálogo de los objetos entre sí. Y ésta es la tendencia museográfica que se extiende, que prima una cultura objetual accesible y sugerente para un público más amplio. El estudioso también tiene acogida, ha de zambullirse en el centro de documentación del museo, en su biblioteca, en su web, o en las sedes de asociaciones profesionales o dedicadas al estudio del diseño (ADI-FAD, Asociaciò per a l'Estudi del Moble).

Algo se pierde. En esta nueva sede parece que no hubiese lugar para que los platos de cerámica sean contemplados por ambas caras, para comprender su técnica y leer sus secretos. Las cerámicas se ubican en la segunda planta, y se alinean en baldas poco espaciosas, en varios niveles de estantería. No es idóneo observar la decoración de una voluminosa ánfora polícroma en la parte inferior de la vitrina. El visitante se pregunta qué criterios de valor han servido para situar las piezas en posiciones más o menos preferentes. La distribución por pasillos titulados en la parte superior, la repetición plana de los escritorios a modo de pantallas, las arquetas abiertas formando un pequeño muro... nos extraña la similitud con un espacio comercial: lineales, pasillos etiquetados, secciones de muebles o electrodomésticos.

La selección de piezas es coherente, aunque puedan echarse de menos piezas que habrán alimentado un nutrido fondo, a la espera de ser mostradas temporalmente.