11 septiembre 2014

trencadís



¿Y yo qué es lo que necesito? no suele ser una cuestión equivalente a ¿Qué es lo que quiero tener? Porque quererlo todo y tenerlo siempre a mano es sobrecargar lastre en los bolsillos.
El diseñador nos ha puesto a prueba de nuevo ¿seríamos capaces de definir un teléfono a nuestra imagen y semejanza? ¿somos capaces de vernos reflejados en nuestro aparato telefónico multifuncional? No se arrede, señor usuario/a: diga qué componentes y en que proporción hasta conformar un 100% compacto. Tan sólido como su personalidad. Si superamos esta prueba de autoconocimiento, pasemos entonces a observar este objeto.

El objeto modular, de espacios intercambiables, nos libera del monolito. Y tratándose de tecnología, "modular" quiere decir que pisamos la parrilla de la placa base. Un espacio casi virtual donde dibujo mi circuito, donde inserto mis operadores y planteo el organigrama. Aunque aquí no hay carcasa que lo oculte todo, sino una doble cara de la retícula. Por un lado el interfaz y por otro un puzle preciso de cajones de diferentes tamaños que me permite amueblar correctamente mi día a día.

El dibujo del reverso define qué tipo de usuario soy, cuáles son mis ambiciones y mis actos cotidianos. Si lo comparo con el tuyo veremos nuestras particularidades.Objetos que hablan así, discretamente, de sus portadores, sin ostentación, tienen el beneplácito de la cordura social. Si además reducen el despliegue de la "navaja suiza", para quedarse con lo habitualmente necesario, están reduciendo impactos nocivos y obesidad en la fabricación industrial. Puede que haya un buen servicio de recambios, incluso que podamos reconfigurar fácilmente el objeto si nos surgen nuevas tareas.

El diseño del phonebloks pertenece a Dave Hakkens. Lo comercializa Motorola con un esquema fijo de mosaico en la parte posterior.